Noticia enviada por: Ángela Martínez 2º B.
RESUMEN: Miembros de Ecologistas en Acción y de la Plataforma por un Nuevo
Modelo Energético se han concentrado esta mañana ante la sede del Ministerio de
Industria, Energía y Turismo para recordar el tercer aniversario del accidente
de la central nuclear de Fukushima Daichii (Japón) y para reclamar un cambio de
rumbo en la política energética española. Piensan que lo mejor sería dejar de
producir energía eléctrica mediante la energía nuclear.

Fukushima hoy
En el acto han leído un manifiesto en el que denuncian que, tres
años después, la situación en la zona de Fukushima “se encuentra lejos de estar
bajo control”. En homenaje a las víctimas del accidente, los ecologistas han
plantado tres cerezos -emblemático símbolo de la cultura japonesa- en el
madrileño Paseo de la Castellana.
Rodrigo Irurzun, coordinador del área de energía de Ecologistas
en Acción, ha reclamado “el cierre paulatino de todas las centrales nucleares
españolas” por representar un “peligro evitable”, y ha demandado una
democratización del proceso de decisión sobre la gestión a los residuos
nucleares, para encontrar “la solución menos mala”. “Con un calendario de
cierre debatiremos el destino de las toneladas de residuos. Sin prisa y con
transparencia. Sin chantajes y con rigor”, han plasmado en el manifiesto.
Ecologistas en Acción presentará esta tarde un informe sobre las
consecuencias del accidente, cuyas conclusiones, afirma Irurzun, “son muy
claras”. “Lo que nos demuestra el accidente de Fukushima es que puede haber
circunstancias externas que provoquen un accidente de consecuencias
catastróficas, impredecibles e ingestionables”. Por lo que, según Irurzun, “lo
más sensato es dejar de producir energía eléctrica mediante la energía
nuclear”.
Por su parte, Cote Romero, coordinadora de la Plataforma por un Nuevo
Modelo Energético, ha denunciado que las consecuencias del accidente japonés
siguen estando presentes. “Tres años después del accidente, aún el peligro no
está controlado”. Romero se ha lamentado además de las intenciones del gobierno
de reabrir la central nuclear de Garoña (Burgos): “La reapertura está
complicada, pero están haciendo todo lo posible para que Nuclenor, la empresa
propietaria de Garoña, reabra las instalaciones”. La energía nuclear, ha
sentenciado, “es cara, peligrosa y, en el caso del Estado español, es
prescindible”.
El 11 de marzo de 2011 Japón sufrió un terremoto de 8,9 grados
en la escala Richter. El tsunami que se produjo a continuación dejó sin
alimentación eléctrica a tres de los seis reactores de la central nuclear de
Fukushima Daiichi. En consecuencia, se produjo la fusión parcial del núcleo de
2 reactores, con la consecuente emisión de radiactividad a la atmósfera, al mar
y las aguas subterráneas. El accidente fue clasificado como nivel 7 en la
Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES, por sus siglas en inglés), una
escala que va de 0 a 7 y que sirve para medir la gravedad de un suceso en
términos de seguridad.