jueves, 12 de febrero de 2015

Ha llegado la hora de experimentar con el clima del planeta.


Noticia enviada por Natalia Moreno Lucas, 2º CB
Cumbre tras cumbre, los políticos se han mostrado incapaces de acordar una reducción significativa de las emisiones que calientan el planeta. Esa incapacidad está llevando a un grupo creciente de científicos a pensar en un plan B: cambiar el clima de la Tierra. Ingenieros y climatólogos han escrito ya mucho sobre las tecnologías que podrían enfriarla. Ahora, algunos, quieren llevar sus experimentos de los modelos de ordenador a la vida real.

Si los humanos no consiguen reducir las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, tendrán que cambiar el clima para enfriar el planeta. Desde pintar los tejados y fachadas de blanco para reflejar la radiación solar, como se ideó en un fallido plan en California, hasta colocar gigantescos espejos en el espacio creando zonas de sombra planetarias pasando por la captura del CO2, son muchas las ideas que se han propuesto.

Si las emisiones no se frenan y la temperatura media global supera el umbral de los 2º en lo que queda de siglo, hay que introducir nuevos elementos en la ecuación. Aunque el Sol no tenga la culpa de las emisiones humanas, la reducción de su radiación podría bajar las temperaturas. Tampoco los océanos o el subsuelo son culpables de nada, pero la fertilización de los primeros y el uso del segundo como sumidero podrían retirar el exceso de CO2 de aquella ecuación. Junto a la geoingeniería desde el espacio, la gestión de la radiación solar y la captura de CO2, son las tres grandes alternativas que hay si los políticos fallan.

"El fracaso de nuestros políticos en lograr medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero está preocupando a los científicos y causando que muchos de ellos empiecen a pensar en medidas extremas", dice el climatólogo de la Institución Carnegie de Washington (EE UU), Ken Caldeira.

La gestión de la radiación solar, la captura del CO2 o espejos en el espacio, son las tecnologías candidatas.
La gestión de la radiación solar es quizá la tecnología más radical pero también una de las más efectivas para enfriar el planeta. Se trata de jugar con el Sol. Hay soluciones de ingeniería, como pintar los tejados de blanco o conseguir que las carreteras reboten los rayos solares, lo que aumentaría el efecto albedo.

Pero la mayoría de los geoingenieros miran a las nubes. Mientras unos las quieren convertir en espejos que reflejen parte de la luz, otros estudian cómo hacerlas más permeables para que la radiación y el calor escapen al espacio.

Lo más cerca que se ha estado de realizar uno de estos experimentos fue en 2011. Entonces, ingenieros y climatólogos británicos idearon el proyecto SPICE Pretendían inyectar aerosoles como el dióxido de azufre en las capas altas de la atmósfera para aumentar la refracción de las nubes. Aunque su experimento era tan a pequeña escala que solo iban a usar un pequeño dirigible como difusor.

Aún a pequeña escala, estos experimentos pueden alterar los patrones de lluvias o vientos. El globo del proyecto SPICE que pretendía inyectar aerosoles en las nubes para aumentar su refracción de los rayos solares nunca llegó a despegar. / SPICE project


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